miércoles, 27 de septiembre de 2017




VIVIR LA  PRIMAVERA
        Sandro Botticelli, uno de los más grandes artistas del Renacimiento,  hacia el año  1480  pintó  la famosa obra   “La primavera “que actualmente se expone en la Galería de los Oficios  de la ciudad de Florencia.
Si bien existen diversas interpretaciones sobre su significado no hay dudas de que el famoso   italiano imaginó un escenario de gran belleza y colorido para pintar la primavera  representada en la imagen de  la diosa Venus  acompañada de su hijo Cupido, el dios del amor, en un prado donde se observan  vegetales  y flores silvestres.
Al igual que Botticelli, artistas de todos los tiempos se han sentidos inspirados por la primavera bautizándola como la Estación del amor, de la  juventud o del optimismo, resaltando su energía renovadora y el poder transformador que  genera  en todos los seres vivos su advenimiento.
Precisamente por esos comprobados  efectos benéficos que se advierten a simple vista pensaba  en la falta que nos está haciendo  a todos argentinos vivir  una primavera.
 Me refiero a la primavera en un sentido amplio, más allá de la cuestión climática, más allá del cambio de estación y  el reverdecer de los parques.
Hablo de la idea de mejorar el clima social, a la posibilidad de cambiar de actitud para sobrellevar la cantidad de problemas que desde hace tiempo nos abruman: los incesantes casos de inseguridad, las denuncias de corrupción que nunca se acaban de terminar, las dificultades económicas que sufre un alto porcentaje de la sociedad, la crisis energética, etc, a sabiendas que la solución  de los mismos no será rápida ni sencilla.
No digo   florecer porque  imitar a la naturaleza  sería pretencioso  pero sí  servirnos de su ejemplo por lo que nos sugiere, la idea de superación, de renacimiento, de llegar a la costa  de la plenitud después de atravesar un mar de tormentas.
Cómo se mejora  el clima social, es una pregunta difícil de contestar  .Todos  sabemos que las fórmulas mágicas  son engañosas  y que no debemos aferrarnos a ellas. Sin embargo existen mecanismos para abordar  ese camino y una de las formas de lograrlo  es descartando las conductas de enfrentamiento de unos contra otros.
El bienestar de un país, ya los han demostrado quienes  han alcanzado buenos niveles de  crecimiento, solo es posible con una sociedad unida trabajando  por el progreso global  dejando de lado las actitudes mezquinas y  buscando puntos de unión  en caso de disidencia.
Muchas veces esperamos que el Estado resuelva todos nuestros problemas pero la verdad es que  las recetas mágicas no existen y ningún plan de gobierno podrá tener éxito si no hay un acompañamiento de la sociedad, más allá de quien nos gobierne.



Hay señales que demuestran que una gran parte de la sociedad tiene en claro está consigna y está dispuesta a colaborar por el bien del país ,incluso muchos sectores de la clase política que aún en disidencia con las políticas de gobierno  han advertido la importancia de  trabajar en la búsqueda de objetivos que se traduzcan en el crecimiento del país ,en  la necesidad de que sus críticas sean  constructivas y de la importancia de asumir su compromiso con el país por encima de sus intereses partidarios .

Tan importante es ello como la lucidez del gobierno para atender a quienes reclaman  mayor sensibilidad social de manera de no agobiar, en especial a los sectores más desprotegidos, exigiendo más de lo que pueden dar o  llevándolos al límite de sus posibilidades.

Algo nuevo y saludable provoca la primavera en todos los seres vivos, un llamado a la  sensibilidad para dejar de lado la hostilidad y procurar el acercamiento.
Una oportunidad ¿Tal vez? Para cambiar el ánimo, de manera de predisponernos mejor para hacer frente a los conflictos que nos perturban, para remover los obstáculos y superar las  diferencias.
No imagino un mundo sin primavera, sería como pensar en una vida sin ilusiones, sin dulces esperas. 
Como  diría  Pablo Neruda: “Podrán cortar todas las flores pero no podrán detener la primavera” En efecto, la primavera es una construcción colectiva , una invitación a levantar  las barreras que nos separan y tender puentes de amistad y solidaridad.
María Cecilia Repetto


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