miércoles, 27 de septiembre de 2017


LA CENA DE FIN DE AÑO 31-12-2016

 Es domingo  al   mediodía, el clima  es propicio para pintar    .
El  hombre sale contento de la ferretería con una máquina  lijadora  bajo su brazo. Su mujer  que lo ha estado esperando   en  la camioneta   le hace gestos de   que se apure ,que es la hora de  la comida ,que  se le atrasa  todo , que pin que pan ,pero parece que su esposo  nunca la escucha ,que siempre hace lo que quiere y ni  se acuerda  que la ha dejado al rayo del sol ,esas son sus quejas .
Pese a los reproches -hay que decirlo- ella ha sentido ternura al ver  el entusiasmo  de  su marido por  la  nueva adquisición y por la atención que ha puesto a las recomendaciones  del  vendedor , las  precauciones de seguridad de la máquina ,como hacer el recambio de lijas  y la extracción del polvo , todo la conversación  le contaba  con lujo de detalles en  el trayecto de regreso a la casa .
 Se me había pasado por alto  aclarar  que alguien , un amigo o vecino del barrio  ,no lo sé ,  le habían convencido  a este señor  de se compre una  lijadora eléctrica  si era cierto como había anunciado a los cuatro vientos que el mismo  pintaría   las persianas de su casa designada desde tiempos remotos  –sin su voto ni derecho a réplica  - como  sede familiar  de todas  las celebraciones de fin de año .
Por esta razón  ahí lo estás viendo ahora  saliendo de la ferretería  ,bautizado  por  su señora como  “ Comité  Masculino”  pues allí  los  hombres  se reúnen a comprar  cosas que solo ellos saben usar , allí  intercambian experiencias ,se aconsejan ,se instruyen  y se  distraen como locos mirando las herramientas  esparcidas por el local  o colgadas de las paredes con un gancho , esperando con una paciencia que sus mujeres no les conocen que el dueño o su ayudante  reaparezca  de unas laberínticas estanterías  con el tornillo ,la tuerca  o la arandela de la medida que necesitan para terminar de armar  vaya a saber que  mueble o estantería casera.
Ahora ya son  las cinco de la tarde , el hombre con una remera de entrecasa  está tratando de comenzar la  tarea del lijado de la madera , con su aparato  listo para estrenar, buscando  el alargue  que no encuentra porque alguien  lo saca  del cajón  y la mujer que se lo trae del   lugar   donde el mismo lo  guarda siempre.
Un gato  blanco  y de patas grises que  los observa  desde  el techo completa la deliciosa escena .El felino es manso pero receloso , a  los primeros zumbidos del motor de la lijadora sale espantado a refugiarse  detrás de la ligustrina .Allí  se quedará hasta que baje el sol  y se acabe el bochinche.
Alguien ha cumplido una promesa en tiempo y forma : El hombre que les contaba ha  pintado  las persianas de la casa  con  reluciente barniz y ahí  estás viendo a la señora  muy sonriente  en su casa perfumada de jazmines invitando a pasar a los comensales al patio donde ha armado la mesa para  la  Cena de Fin de Año .
Son las diez de la noche del 31 de diciembre de 2.016  : Ya la suegra  se acomoda en la cabecera, ya el cuñado ha ido en busca del hielo , ya los sobrinitos están  jugando a encontrar  las tortugas dormidas bajo los malvones , ya la cuñada está  sirviendo las ensaladas ,ya el asador  acalorado   corta en trozos  la  carne que acomodará después en  bandejas de acero inoxidable, ya la música  fiestera que  sale del parlante del dormitorio  ,ya las anécdotas  contadas mil veces ,ya el cielo de diciembre  descolgando  estrellas a su antojo .
En ese ir y venir de platos y copas que se llenan y vacían con urgencia   llegará indefectiblemente  el fin del año  y una mezcla de íntima nostalgia ,ruidosa algarabía , balances que no cierran y las esperanzas que nunca se pierden  unirá a esta  familia y a las otras en un brindis . Quien puede saber si lo que viene será mejor -reflexiona el hombre frente a los comensales - pero la sola posibilidad de vivir este momento tan simple como nuestro  justifica el  precio de la lijadora, el polvillo que costó   sacar del patio  y el rezongo del gato porque le han recalentado la chimenea donde se refugia  cada noche.
                                                                                                                             ¡FELIZ AÑO NUEVO!
                                                                            María Cecilia Repetto


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