sábado, 12 de octubre de 2013


 

LA REFORMA UNIVERSITARIA Y EL SUEÑO  AMERICANO

 

Hacia el año 1943  Gabriel del Mazo, un destacado dirigente del  radicalismo  , publica la primera edición del libro titulado REFORMA UNIVERSITARIA Y CULTURA NACIONAL  en la cual reúne  las conferencias y trabajos parlamentarios vinculados al movimiento de protesta  contra el sistema universitario   que comenzó en 1918  en Córdoba y que luego se extendió a las demás universidades del país y de América Latina.

La Universidad de Córdoba -la más antigua del país, fundada en 1613- era una universidad influida por la Iglesia Católica y por un grupo de familias aristocráticas, cuyos apellidos se repetían en la titularidad de las cátedras a través de generaciones.

La reforma universitaria estalla en un contexto de profundos cambios políticos tanto en lo nacional como en lo internacional.  

La Reforma Universitaria planteaba la necesidad de cambiar el modelo de Universidad medieval y escolástica   y  establecer nuevas normas  convivencia entre  la comunidad universitaria  con participación del alumnado en decisiones que hasta entonces solo tenían las autoridades.

En su momento este movimiento, encabezado por Deodoro Roca y Gabriel del Mazo entre otros, dio origen a una amplia tendencia del activismo estudiantil  que  estaba integrada por agrupaciones de diversas vertientes ideológicas denominadas reformistas que  deseaban  poner límites a la oligarquía y   democratizar el sistema  universitario.  Se reclamaba su autonomía, el cogobierno, la gratuidad de la enseñanza, la extensión universitaria, la periodicidad de las cátedras y los concursos de oposición de docentes.  

 

El 15 de junio de 1918 en la ciudad de Córdoba se produjo un  estallido en medio de la Asamblea Universitaria en la cual se había elegido como rector  a Rogelio Nores perteneciente  a sectores ultraconservadores.

Los estudiantes tomaron la Universidad y con apoyo de los partidos políticos populares y del movimiento sindical, rechazaron la elección de Nores quien finalmente renunció.

El presidente Yrigoyen  intervino la Universidad  y suscribió  el 12 de octubre de 1918 un decreto de reformas  que contemplaba los reclamos  estudiantiles.

 

Me ha venido al recuerdo este libro , que guardo con  sumo cariño por haber pertenecido a mi abuelo paterno , por la proximidad de la celebración del Día de la Raza (hoy llamado Día de la Diversidad cultural) ya que  el movimiento estudiantil  no agotaba sus aspiraciones en obtener cambios en el sistema universitario sino que  además  planteaba la necesidad de transformar la sociedad  a través de la emancipación intelectual ,social y nacional y afianzar los lazos de unión   entre las  naciones latinoamericanas .

Para alcanzar  esta meta  , expresaba  Del Mazo , los estudios universitarios deben ser ante todo estudios nacionales ,debe la Universidad  tomar raíz  en la patria  pues no se contribuye al destino de una comunidad cuando las bases educativas  no se nutren en su cuerpo histórico y se reducen a  reproducir  los productos de las culturas ajenas.

Para ello la educación en todos los   niveles, afirmaba uno de sus discursos, debe preparar hombres para que sean técnicos de su emancipación personal y  a la vez técnicos de la emancipación  nacional, es decir, ciudadanos  activos y solidarios de la comunidad universitaria  y de la comunidad mayor popular que es la Nación.

Por esta razón  la juventud universitaria de la Federación de Córdoba dedicó su Manifiesto Liminar a “La juventud argentina de Córdoba y a los hombres libres de Sud América”.

“La hora Americana” tal como lo expresa el Manifiesto  proponía  un cambio en la  mentalidad colonial    enfrentándose  a la  polémica alternativa  de tener una cultura nacional o  de continuar  siendo epígonos del desarrollo ajeno.

La Reforma Universitaria fue ante todo un Movimiento de Ideas y en un  mundo  donde todo es copia de modelos inventados o importados  que un grupo de estudiantes hayan soñados con tan nobles ideales provoca admiración al tiempo que nos obliga a  cada uno a preguntarnos  que nos ha pasado en los últimos años que no hemos podido generar nuevas usinas de  ideas.

                                                                                                              MARIA CECILIA REPETTO