viernes, 2 de abril de 2010

DOLORES Y SU PATRIMONIO HISTORICO



 

LAS HUELLAS DE NUESTRA HISTORIA

En el vertiginoso mundo actual  la fugacidad es  en una de sus  principales características.

En todos los órdenes de la vida los cambios se  producen a tanta velocidad que lo de ayer parece  antiguo y  lo  de hoy probablemente  se olvide  mañana.

En consecuencia, prevalece   lo  efímero    frente   a lo   duradero, lo circunstancial frente a lo  invariable, la memoria frente al olvido.

Menos mal que este impulso colectivo de llevarse el mundo por delante  ,esta  búsqueda  frenética por “lo nuevo “ ,por  “ lo último”, es equilibrada ,a la manera de un antídoto ,  por la acción de tantas  personas  y organizaciones que se preocupan por  preservar  el acervo cultural de los pueblos ,evitando que sea devorado por la mal denominada “civilización “ poniendo a resguardo para que no  desaparezcan las huellas de la historia de las comunidades.

Algunas agrupaciones y la iniciativa estatal  han  logrado cumplir  este objetivo    evitando ,por ejemplo ,que  la demolición de construcciones   antiguas  y edificios de valor  arquitectónico   no  se pierda  por obra del descuido o   por  mezquinos  intereses económicos .

Todos los pueblos son herederos de un caudal de conocimientos, descubrimientos, tradiciones y de un patrimonio material que solo tiene sentido en función del espíritu que inspiró su construcción.

Nuestra ciudad  de Dolores fundada a principios del siglo XIX   cuenta con numerosos  edificios  y viviendas que dan testimonio de su larga historia, de nuestros orígenes y de nuestra evolución.

Este patrimonio, muchas veces modesto, es un referente único e invalorable que debemos todos los dolorenses proteger y  valorar.

Si bien algunas edificaciones antiguas  , por lo general las pertenecientes a  edificios públicos , se encuentran  en óptimo estado   , en líneas generales   no se puede afirmar lo mismo respecto  a una gran cantidad de  construcciones   privadas de gran valor  histórico y urbanístico.

Aunque esto se debe a una multiplicidad de razones   , tal vez una de ellas sea la ausencia de una  legislación  o reglamentación adecuada  que proteja  a estos edificios  y  evite  se continúen deteriorando.

Quizá  también  ha sido un descuido  no otorgarle la debida atención a este aspecto   que por  atendibles razones  siempre queda postergado  ante la necesidad de darle   prioridad a otros asuntos de primera necesidad.

No obstante ello  ,no está mal  observar   y saber que  en muchas ciudades de nuestro país  y ni que hablar en otros países , son  muy celosos de su historia   y  le otorgan mucha importancia a la conservación de sus edificios por  ser  espacios de pertenencia que identifican a cada comunidad.

No se trata de hacer comparaciones,  ni de lamentarse,  sino de comenzar a  pensar que se puede hacer  para  que no se sigan perdiendo construcciones de valor arquitectónico , por   la desidia o simplemente porque no hemos aprendido a  cuidar el patrimonio de la ciudad.

En primer lugar creo que sería conveniente crear un registro de estos edificios  o construcciones que permita  resguardar ese patrimonio para las futuras generaciones.
Desconozco , sinceramente , si en nuestra ciudad  se ha hecho alguna vez  un relevamiento completo de los edificios y casonas considerados de valor histórico o arquitectónico.

De  no ser así  creo  que sería necesario efectuarlo para evitar que muchos sean destruidos  como ha sucedió en algunas oportunidades  con permisos otorgados por las propias autoridades.

Museo Libres del Sud de Dolores
También sería  auspicioso  crear un fondo especial para la preservación y conservación de   inmuebles de interés histórico y artístico de la ciudad  , como se  estila en algunas ciudades ,destinado a la conservación de edificios de importancia cultural y urbanística de la ciudad.


Es lamentable que en Dolores   muchos edificios que representaban parte de la historia misma de la fundación o  que respondían a las características originales  del a  ciudad han sido totalmente destruidos, reestructurados y nada queda de ellos.

 Mucho tuvo que ver en esto el hecho de que estos edificios eran de propiedad privada y, al no haber declaración alguna de interés histórico, fueron vendidos o son explotados sin  cuidado por su diseño original como sucede  hoy en día con el edificio del Cine Gloria.

Cada país, cada ciudad, cada pueblo, tiene el deber de  proteger, conservar  y tutelar  su patrimonio.

A veces ese patrimonio es modesto pero de mucho valor local si se tiene en cuenta que refleja la historia de una comunidad.

Se trata de una tarea que no solo compromete a la autoridades sino a  toda la comunidad en su conjunto.

Al igual que en experiencias de otras localidades se requiere en primer lugar de  una legislación adecuada y  de mecanismos  de gestión para que estas normas se cumplan.

También  sería bueno encarar planes de difusión y concientización adecuados a las posibilidades del lugar que nos enseñe a revalorizar nuestro  patrimonio que seguramente volvería más atractivo el paisaje   urbanístico de nuestra centenaria  ciudad.

                                                                                                María Cecilia Repetto

 

 

María Cecilia Repetto