jueves, 2 de abril de 2009

DESPEDIDA A ALFONSIN


SE FUE POR LA PUERTA GRANDE

 Pocas veces en nuestra historia los argentinos hemos presenciado la despedida a un hombre público  tan multitudinaria y conmovedora como la que recibió el Doctor  Raúl Alfonsín.

El acompañamiento de políticos y funcionarios de  diferentes partidos en  sus exequias   han constituido frente al  dolor  que implica la muerte de un ser tan  respetado y querido  un gesto  de civilidad  que reconforta e invita a la reflexión  de todos los argentinos.

La repercusión  popular que ha tenido la noticia de su muerte  ha sido un fenómeno colectivo que tiene su razón de ser en el hecho de que el Doctor Alfonsín fue a la largo de toda su carrera política  un ejemplo de virtudes y cualidad democráticas que hoy la ciudadanía le reclama a sus dirigentes.

Es verdad que su imagen está asociada al período de recuperación democrática,  pero por encima de ello lo que  más se valora en él  es  su trayectoria ejemplar y  el haber sido fiel a sus  convicciones  republicanas más allá de que ellas le valieran derrotas electorales.

Tuve el honor de conocer  a través de mi padre al Doctor Alfonsín en una de sus visitas a esta ciudad de Dolores.

Fue en oportunidad que se encontraba  realizando su campaña para las elecciones presidenciales en el año 1.983 y allí  tuve el honor de compartir su mesa en un agasajo que se le realizó en el Club Defensa.

La imagen  de humildad y simpatía que me quedó grabada de aquel encuentro no la he modificado pese a los años que han transcurrido.  

Recuerdo que  lejos de hablar de sí mismo , el Dr. Alfonsín me preguntaba interesándose por mis estudios y mi futuro dándome una importancia que yo no tenía pero que sin dudas eran una demostración de  gentileza y  generosidad para conmigo.

Esa misma imagen de buena persona que se antepone ante todas sus otras virtudes hace comprensible este fenómeno colectivo que se ha producido con su deceso en donde hombres y mujeres de diferentes banderías políticas se sintieron hermanados ante el dolor que provocó su partida.

El Doctor Alfonsín  fue  uno de los grandes dirigentes  del más antiguo partido político de la Argentina. Fue un hombre  que honró la vida, dejándonos un ejemplo de honradez  y de una concepción ética  que ejercitó  hasta en los mínimos detalles en toda  su actuación pública.

 Su nombre quedará  por siempre asociado al de  otros próceres  del radicalismo como Hipólito Irigoyen , Marcelo T. de Alvear, Ricardo Balbín quienes como  con un mismo denominador común han sido un ejemplo de virtudes republicanas y de  condiciones humanas.

Quienes pertenecemos a la generación  a quienes el Doctor Alfonsín hizo vibrar en su campaña electoral en el año 1983 cuando recitaba con pasión el preámbulo de nuestra Constitución Nacional ,  sentimos hoy   un  enorme agradecimiento  hacia este líder que se ha ido por la puerta grande por  su  constante lucha por la libertad y por su participación en la recuperación de la normalidad democrática.

Al mismo tiempo pienso que su ejemplo  debe hacernos reflexionar sobre el compromiso que tenemos  que asumir los argentinos por defender la  unión nacional ,  la vigencia de las instituciones y el respeto a los valores de la democracia.

                                                                                                                        María Cecilia Repetto

 

BELLOS PARA SIEMPRE

 

 

Desde hace unas décadas atrás  se ha impuesto  la idea de que el  paso natural de los años es más  que natural espantoso, decadente.

Los contenidos de los medios de comunicación se han encargado  de imponer la idea de que la belleza  humana  está circunscripta al reducido horizonte de su  aspecto exterior

Formamos parte de una generación a  quienes se nos ha puesto   en la cabeza o se nos pretende imponer que belleza y  juventud  son términos sinónimos y vamos atrás de ese concepto  errónea apelando a cualquier método , incluso hasta el ridículo para sentir que estamos a la moda, es decir sentirnos jóvenes ,aunque esto resulte incomodo, inútil o doloroso.

 Son los jóvenes sobre todo son los que más temen  cruzar la barrera  de la madurez y tratan de postergar su adolescencia hasta edades en las cuales nuestros padres ya eran jefes de familia.

Han cambiado las épocas, los jóvenes de antes se vestirán como adultos porque querían parecerse a sus padres .Hoy en día es al revés, son los padres  los que quieren parecerse a sus hijos y se visten como ellos.

En esta guerra contra el tiempo  los años en vez de recibirlos como un aporte de experiencia, de mayor sabiduría, de espiritualidad  y belleza interior  caen como meteoritos.

Que hay belleza en una cara fresca  y en un cuerpo  armonioso  no caben dudas .Es hoy  y ha sido así  antes. En todas las épocas de la historia los artistas se ha ocupado de reproducirlos en pinturas y esculturas.

Pero de allí a la creencia de que solo en los atributos físicos de una persona reside la belleza del individuo hay un abismo.

 No quiero decir que sea malo pretender estar bien físicamente lo que intento destacar es que hoy en día se le resta  importancia al  embellecimiento espiritual   comparado con la energía, al tiempo y al dinero que se invierte en mejorar la apariencia exterior.

El culto excesivo al físico, tal como lo fomentan algunos programas de televisión o revistas  desfigura la perspectiva justa de lo que en realidad importa y  hace  bello a un ser humano .Nos olvidamos de aquella frase tan sencilla y profunda del  Principito cuando dice “Lo esencial es invisible a los ojos”.

Me parece que  deberíamos revertir esta tendencia preocuparnos por  hacer más sólidas las bases sobre las que se apoya  la vida de un hombre  de manera que la cabeza no sea un simple adorno del cuerpo, un  alhajero vacío.

Son realmente lamentables las figuras mediocres que  proponen  como referentes los medios de comunicación.

Por lo general están representados en modelos o conductores de bajo nivel intelectual  de quienes no se puede esperar más que bajezas, manifestaciones de irrealidad o expresiones de mal gusto y que estimulan la vulgaridad y la ausencia de valores.

Es importante transmitirles  a los jóvenes que son los más permeables a recibir mensajes s   en donde se  pretende hacerles creer que la fórmula del éxito es se alcanza juventud+ delgadez extrema +alguna cirugía plástica + cierta dosis de vulgaridad  que  el camino del  perfeccionamiento  se llega a través de las virtudes  y de la sabiduría que aportan los conocimientos y la experiencia...

Alguien me dijo hace poco que hay personas que con los años se ponen más bellas.

Coincido plenamente y agrego que son las personas que han cultivado su interior con valores y que su sabiduría de vida les ha otorgado una mirada diferente.

 

 

 

                                                                                                       María Cecilia Repetto